Según los datos publicados por Eurostat, los consumidores españoles pagaron más que nunca por su factura de la luz durante el primer semestre de 2019. El precio de la energía eléctrica ha subido un 70% desde el año 2008.

Los datos del servicio de estadística de la Unión Europea muestran que la factura por la electricidad que soportan los hogares españoles ha pasado de los 0,1124 euros por kWh en la primera mitad de 2008, primer apunte de Eurostat, hasta los 0,1889 euros por kWh a los que ha llegado en el primer semestre de este año. Eso supone un incremento de casi un 70% en poco más de una década.

España sufre uno de los precios de la luz más altos de toda Europa. Actualmente, solo Irlanda y Bélgica pagan más en precios absolutos. Si, además, la comparativa se realiza teniendo en cuenta el poder adquisitivo, las familias españolas son las segundas en toda Europa que más daño sufrieron en su bolsillo por la factura de la luz, solo fueron superadas por los hogares checos, cuyo nivel de vida es sustancialmente inferior.

España es el país europeo con los impuestos más altos en el recibo de la luz, pues se abona el 21%, el tipo general, pese a que la electricidad es un suministro de primera necesidad. Pero además, este tributo se aplica también al Impuesto Especial sobre la Electricidad, con un tipo del 5,11%. Es decir, el recibo de la luz contempla una doble imposición, un impuesto que grava otro impuesto.

Además hay que añadir una Tasa Municipal, un Impuesto de Generación, una Tasa por Generación Extrapeninsular, otra por Costes de Interrupción, Primas a Red Eléctrica Española y Déficit de Tarifa, todo esto supone que de cada 100 euros del recibo de la luz 55,42€ van solo a impuestos y tasas.