La mente humana es la herramienta más poderosa conocida pero como cualquier herramienta por buena que sea, hay que saber utilizarla para sacarle el máximo de su potencial. Es nuestro deber como depositarios de esa maravillosa herramienta, aprovecharla en toda su magnitud para nuestro mayor desarrollo, bienestar y felicidad.

 

Para el ser humano, la mente lo es todo, es necesaria para todos, absolutamente todos los aspectos de nuestras vidas y aunque podemos vivir y actuar de un modo mecánico, sin ser plenamente conscientes de lo que hacemos, sentimos o vivimos en cada momento, eso solo es sobrevivir sin aprovechar cada oportunidad, sin disfrutar de todo lo que hay a nuestra disposición. Este modo de vivir tiene unas consecuencias poco gratificantes para nosotros, actuar sin prestar atención, sin ser conscientes de todo lo que nos rodea y sucede es la fuente de todos nuestros problemas y dificultades, es vivir en modo automático perdiéndonos muchas cosas y oportunidades que pasan ante nosotros y cometiendo continuos errores que tienen consecuencias sobre nuestra vida y la de los que nos rodean.

La persona que vive en modo automático sin ser consciente es esa persona que todos conocemos que deja pasar esa magnífica oportunidad de ascender en la empresa por que no ha visto que era el momento de postularse y alguien peor cualificado se ha adelantado, es la persona que deja pasar una muy buena ocasión de negocio porque no la ha visto venir y no ha estado atenta, es quién deja escapar el amor de su vida por no fijarse que lo tiene delante. Y todo es por no proponerse el propósito de ser consciente y sostener en el tiempo el esfuerzo que conlleva conseguirlo.

Para vivir plenamente

 

William James, uno de los pioneros de la psicología para quién la atención plena era la fuente del genio escribió: “La facultad de voluntariamente traer de regreso una atención errante, una y otra vez, es la verdadera raíz del juicio, el carácter y la voluntad”.


 

Cuando deseamos algo intensamente enfocamos nuestra mente en conseguirlo y nos volcamos de lleno para llegar a nuestro objetivo. Vivir plenamente conscientes es conseguir extender esa concentración y atención plena a todos los aspectos de nuestra vida y a todos nuestros actos.


 

Llegar a conseguir esa atención plena siendo conscientes en cada momento de todo lo que nos rodea y de cada uno de nuestros actos es algo deseado por muchísimas personas, pero ¿como se puede llegar a conseguir?


 

El secreto de la concentración plena

 

Conseguir llegar a vivir en un estado de concentración plena no es el resultado de una sola acción o un cambio, alcanzar ese estado es el resultado de un cambio interior tan grande que incluso los componentes fisiológicos asociados con el bienestar de la mente (los niveles de ciertos neurotransmisores, por ejemplo), cambiarán y conforme avancemos en nuestro aprendizaje nos será mucho más fácil ser conscientes hasta que paradójicamente seamos plenamente conscientes sin ser conscientes de estar haciéndolo.


 

 

Medita al despertar cada día


 

Una de las mejores herramientas que tenemos para el autoconocimiento es la meditación, esta nos ayuda a concentrarnos, a relajarnos y nos enseña a observar nuestro interior y poner en orden nuestra mente, establecer nuestras prioridades, nos ayuda a reconocer errores y analizar situaciones y comportamientos que podemos mejorar.

Cada mañana, nada más levantarte retirate a una habitación o a un lugar tranquilo, sirve cualquier sitio lo más silencioso posible, con una temperatura agradable y en el que no haya distracciones o estas sean las mínimas posibles. No utilices como excusa vivir en una casa pequeña, no tener sitio ni nada parecido, tu dormitorio, tu salón, da igual el sitio, con que te puedas sentar cómodamente ya vale. Si es necesario por las distracciones, colocate mirando a la pared y unos tapones en los oídos, siéntate de la forma más cómoda posible para ti, una posición que no vayas a estar cambiando cada 30 segundos y concéntrate totalmente en tu respiración, se consciente de ella, de cada inspiración y exalación que realizas. Solo debes pensar en respirar y en nada más.


 

Puede parecerte sencillo, solo es concentrarse en la respiración, ¿quien no es capaz de hacerlo? Prueba primero y te darás cuenta de que no tardas en despistarte dela respiración, a veces en unos pocos segundos ya estás pensando en otra cosa, tu trabajo, tareas por hacer ese día, un enfado que tuviste el día anterior, mil cosas pasarán por tu cabeza haciéndote perder la concentración sin que puedas evitarlo hasta que aprendas a controlar tu mente y domines el arte de enfocarla en la tarea que deseas. Pero esto nunca debe ser de un modo forzado o que sientas como una obligación, el objetivo es conseguirlo de un modo natural y placentero.

La meditación es tomar conciencia de uno mismo en toda su dimensión exterior y principalmente interior. Es conocer todo tu ser, saber que te hace feliz, que te provoca tristeza, que deseas, conocer tus sentimientos, que los provoca y por que razones, es saber que te hace sentir nostalgia y porque eso exactamente te hace sentirla.


 

El objetivo principal es tomar conciencia de lo que estás haciendo en ese momento para ir poco a poco ampliando el campo bajo tu control, a medida que vas dominando la técnica para conseguir el control consciente de tu vida y tu entorno podrás cambiar lo que no te gusta, aprenderás a anular lo que sientes que impide que te desarrolles como deseas, aprenderás a evitar aquello que te produce malestar o tristeza y atraerás aquello que te hace feliz.


 

El motivo de meditar a primera hora del día es porque ese es el mejor momento para encontrar un tiempo y un espacio con poco ruido y distracciones que te lo hagan más difícil, además es el momento en el que tu mente está más relajada, tranquila y descansada.


 

Para comenzar fíjate unos 5 o 10 minutos para meditar. Con constancia, poco a poco irás notando como mejora tu capacidad de concentración, pero no debes rendirte bajo ningún concepto, es mucho lo que vas a ganar y te aseguro que merece la pena empezar a conocerte mejor.

Asocia espacios con actividades


 

Los espacios tienen una gran influencia sobre nosotros y nuestro modo de ver las cosas o de reaccionar, nos condicionan. Un ejemplo es nuestro dormitorio, este es un espacio destinado principalmente al descanso en el que hay algo que domina, la cama, su simple visión nos evoca descanso y cuando nos metemos en nuestra cama nos bastan unos pocos minutos para tener ganas de dormir.


 

Los escritores saben muy bien la importancia de tener un espacio dedicado a su labor y salvo raras excepciones tienen un espacio reservado para su trabajo, su mesa, sus libros de referencia a mano y algo muy importante, sus horarios, tener unos horarios definidos para una tarea ayuda a la mente a prepararse para ese momento y la tarea a realizar consiguiendo ser mucho más productivos.


 

Así pues, una buena estrategia para evitar la dispersión mental y conseguir una mejor concentración y rentabilizar al máximo el tiempo que dedicamos a nuestra meditación es tener un espacio dedicado a ello.


 

El plan es que tu mente asocie una hora concreta y un espacio con una tarea de modo que la disposición a llevarla a cabo sea la más óptima.

 


 

Elimina todas las distracciones que puedas.


 

Del mismo modo que un compositor o un escritor necesitan evitar al máximo las distracciones para crear, nosotros necesitamos también apartar cualquier foco de distracción, ni teléfonos, ni ordenadores, ni música o televisión…, hay que evitar absolutamente todo lo que pueda distraernos de nuestro fin.

Internet es la gran fuente de distracción de nuestra época y ahora prácticamente todos tenemos un smartphone conectado a la Red que no deja de recibir notificaciones, avisos, actualizaciones de estado de multitud de aplicaciones, es imprescindible ponerlo en modo “avión” o incluso apagarlo para cortar todas las comunicaciones y ruiditos que nos distraen durante el tiempo que vamos a dedicar a meditar, no nos vamos a perder absolutamente nada, cuando volvamos a conectar el mundo seguirá donde lo dejamos.

Hay más distracciones además de internet y el teléfono, el sueño por ejemplo, no podemos iniciar ninguna actividad que requiera de nuestra atención si es nuestra hora de dormir o estamos muy cansados. El hambre y la sed también pueden distraer nuestra atención y debemos preverlo estar alimentados e hidratados para que esto no sea una distracción y nos interrumpa.

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Aceptate tal y como eres en este momento


 

Si estás leyendo esto en este momento es porque quieres cambiar, mejorar y ser una persona más consciente y plena, ese es tu fin y partes de quién eres ahora, esa es t base y lo que eres en este momento, debes conocerte y aceptarte para saber que cambios hacer.

En este momento, seguramente tienes una mente dispersa que salta de idea en idea, a la que le cuesta o es incapaz de concentrarse en una tarea. Bien, no debes sentirte mal ni culparte por eso, es lo que vas a cambiar. Aceptate, amate tal y como eres, no sientas culpa sino orgullo de haber empezado el cambio y evita la mortificación que solo es una distracción que de desvía de tu objetivo de mejorar en todos los aspectos.

Para Krishnamurti, observar sin juzgar es el signo más elevado de inteligencia. Intenta practicarlo. No cometas el error de juzgarte a ti mismo y se comprensivo contigo para aprender a serlo con los demás.


 


 

Relájate


 

La relajación es el estado ideal para cualquier actividad en la vida, en un trabajo, estar relajado nos hará ver mejor las tareas a realizar, será más fácil organizar todo y planificar tareas si estamos tranquilos y relajados y no vamos “como pollo sin cabeza” de un sitio a otro empezando y dejando tareas o comenzándolas sin orden ni previsión.

O para un aprendizaje, sea lo que sea lo que intentes aprender, nuestra mente necesita estar tranquila y en paz para asumir nuevos conocimientos con facilidad y rapidez.

Lo mismo sirve para iniciar un proyecto personal, afrontarlo relajados hace que podamos ver todos los aspectos de lo que queremos realizar con más perspectiva, sin dejarnos llevar por emociones que nos distraigan de los detalles.


 

Antes de comenzar cualquier actividad que requiera concentración puedes hacer unos sencillos ejercicios de respiración, inhala aire por la nariz profundamente durante 4 segundos, retén el aire en tus pulmones durante 7 segundos y expulsalo vaciando tus pulmones durante 8 segundos. Hazlo 3 o cuatro veces y después haz círculos con tu cuello y con los hombros varias veces, este simple y sencillo ejercicio te ayudará a concentrarte y prepararte para la tarea que vayas a afrontar.

 Ten programadas algunas pausas para tu trabajo

 

Dependiendo de tu capacidad de concentración y las exigencias de tu trabajo, puedes hacer algunas pausas durante el tiempo dedicado a trabajar. Alguna puede ser para tomar un bocadillo o para hidratarte, otra para salir unos minutos a caminar, o para responder algún mensaje.

 

Estas pausas son útiles para despejarte y reponer ánimos y también para permitirle a la mente desconectar y pensar en otras cosas para retomar la actividad con la creatividad renovada, además de que permite descansar a tu cuerpo.

 

 

Asiste un grupo de ayuda o terapia psicológica

 

Conocerse a uno mismo es lo mejor para emprender prácticamente cualquier tarea de la vida. Cuando te conoces bien y sabes tus puntos fuertes y los débiles, cuales son tus patrones de pensamiento y tus reacciones a determinados estímulos tienes la mejor arma para enfrentarte a lo que sea con garantía de éxito pues vas a dirigir todas tus fuerzas hacía donde van a ser más efectivas y vas a evitar exponer tus debilidades.

 

Existe la idea de que solo las personas con problemas mentales acuden a un psicólogo o grupo de ayuda incluso hay quién lo ve como un signo de debilidad, pero estos son prejuicios sin sentido que nacen de la ignorancia.

 

Un grupo de apoyo o acudir a un buen terapeuta o psicólogo es como ir al médico cuando tenemos algún problema de salud, nos va a ayudar a encontrar el origen del problema y nos va a dar unas pautas que nos ayudarán a solucionarlo. En el caso de los grupos, el apoyo y compartir con otras personas un interés común nos servirá de refuerzo y encauzará mejor nuestro camino.

 

Puesto que la meditación al principio es algo difícil para la mayoría de las personas, la terapia psicológica puede ser una buena opción para conocer y desenredar esos patrones mentales que están bloqueando nuestro desarrollo o que nos impiden alcanzar nuestros propósitos. En este sentido, la terapia psicoanalítica es la más favorable a lograr ese objetivo, pues dado que está basada en el conocimiento del inconsciente que habita un sujeto, uno de sus resultados puede ser, efectivamente, que una persona se conozca mejor en todos sentidos, incluidas las trabas con las que se sabotea a sí misma.

 

También puedes ayudarte con audios como este que te harán mucho más fácil la meditación y te guiarán en tu trabajo interior.

 

 

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