Aprovecho el día y aprovecho la noche; desde que ha nacido mi hijo todos los minutos del día son para él y estoy aprendiendo mucho, a disfrutar básicamente de cada segundo a través de sus ojos, es tan sencillo verlo vivir, si algo le gusta sonríe y si algo no le gusta llora...Hay veces que soy como él, si algo me gusta sonrío y si algo me molesta lloro, tal cual y como lo oyen, lloro, esté en el autobus o en una cafetería abarrotada, mis ojos se inundan de lágrimas y mi nariciila adulta de mocos y lloro, y cuanto más intento remediarlo más lloro... Pero en otras ocasiones actúo como la perfecta adulta que no pierde los papeles y no brota una sóla lágrima, se quedan  congeladas ante mi porte maduro, adulto y civilizado, y entonces duele más el llanto, el llanto que no brota pero nos inunda robándonos la alegría de vivir.

 

Haz como mi pequeño sabio y llora cuando lo sientas, no te robes energía ni aumentes la tristeza , simplemente llora...

 

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